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LA PODA DEL GRANADO: CUÁNDO, CÓMO, CON QUÈ HERRAMIENTAS

Una planta milenaria, que proporciona un fruto considerado sagrado para diversas religiones por ser sinónimo de abundancia, fertilidad y rectitud y celebrado y representado con su color rojo bermellón en diversas artes humanas (literatura, escultura y pintura), está experimentando un «redescubrimiento» gracias a los gustos cambiantes de los consumidores y a los productores que han entendido su potencial.

Se trata del granado, con el nombre botánico latino Punica granatum, una planta de origen de Oriente Medio y Asia muy extendida también en toda la cuenca mediterránea y en América Latina y Central, mientras que el fruto, que es una baya, se llama granada. Generalmente madura entre octubre y noviembre y se consume fresca o transformada en jugo.

 

La granada: un fruto rico en antioxidantes y vitamina C

En algunos territorios el cultivo del granado se había vuelto marginal y muchas veces relegado a parques y jardines privados como planta ornamental, pero en las últimas décadas ha sido revalorizado, debido principalmente a al menos cinco factores:

1) las cualidades de sus frutos, cada vez más apreciados por los consumidores, siendo ricos en minerales, vitamina A y sobre todo vitamina C y polifenoles antioxidantes;

2) los nuevos exprimidores manuales, extractores en frío y sistemas de descascarado de los arilos (las semillas recubiertas por una parte pulposa), que facilitan el pelado de este fruto sin ensuciarse con el jugo;

3) las técnicas de cultivo más modernas, que, a partir de Israel, se han convertido en un modelo a imitar para las huertas de producción intensiva;

4) las peculiaridades de una planta que es rústica, pero de alto rendimiento;

5) la difusión, junto con las autóctonas, de variedades más productivas y ahora internacionales, como Wonderful, Acco y Parfianka.

 

¿Cuándo se deben podar los granados?

En la naturaleza, la planta del granado tiene una forma arbustiva y tupida con una fuerte propensión a emitir brotes basales. En estado salvaje también puede alcanzar dimensiones considerables hasta el punto de asumir una forma arbórea aunque no sea estrictamente un árbol. Esta forma se da a las plantas criadas mediante la poda.

La característica tupida es un aspecto positivo y negativo al mismo tiempo. El lado positivo es que la planta proporciona continuamente nuevas ramas para renovar el follaje (o incluso el tallo) en caso de ataques de parásitos, enfermedades o daños por frío invernal y heladas primaverales; el lado negativo es que el rebrote continuo quita luz, energía y alimento a las ramas productivas, por lo tanto dificultan la fructificación y la cosecha.

Por ello la poda es fundamental para mantener bajo control y armonía la planta y el método de cultivo, mejorando la cantidad y calidad del fruto y facilitando la cosecha. Pero precisamente debido a la propensión arbustiva del granado es necesario modular las intervenciones en dos/tres períodos durante el año (otoño o invierno y principios de primavera/verano), ya que una única poda demasiado vigorosa sólo estimularía un nuevo crecimiento.

 

Cómo podar el granado: herramientas y dispositivos EPI.

Los italianos conservan un recuerdo de infancia del granado, ya que para ellos es «El árbol al que extendías tu manita…», como rstá escrito en un célebre poema aprendido en la escuela (Pianto Antico, Giosuè Carducci), pero en realidad esconde una peligrosa amenaza para quienes se acercan a ello: el brote apical de las ramas se transforma en espina (excepto en los cultivares ornamentales japoneses).

Por lo tanto, para comenzar a podar (o cosechar), primero hay que usar equipos de protección personal (EPI) como gafas o visera para proteger ojos y cara, así como guantes y camisetas de manga larga para proteger manos y brazos.

Si la poda de la planta se realiza periódicamente, el diámetro de las ramas sigue siendo bastante limitado y los cortes se pueden realizar con tijeras (para las ramas más débiles), cortaramas (para las ramas más altas) y sierras (para las ramas basales más gruesas). . Las herramientas pueden ser manuales, de batería o neumáticas, depende de la extensión del frutal y del número de intervenciones necesarias para cansar menos los operarios y acelerar los trabajos.

Sin embargo, es necesario que las hojas sean de calidad y bien afiladas para realizar cortes limpios y precisos, ya que los bordes rasgados dificultan que cicatricen las heridas y además pueden facilitar la entrada de micosis y patógenos. Por la misma razón los cortes deben ser efectuados a 45 grados, para que no se estanquen el agua de lluvia y la humedad. Además, las herramientas deben ser desinfectadas antes y después de su uso, mejor si esta operación se repite incluso después de podar cada planta individualmente, por medio de peróxido de hidrógeno o alcohol etílico desnaturalizado.

 

Poda de otoño/invierno y poda de verde de verano

Como ocurre con otras plantas, el mejor momento para podar el granado es después de la cosecha de los frutos y antes del reposo vegetativo, entre octubre y noviembre, pero también es posible realizar la poda principal en invierno entre febrero y marzo, al final del reposo vegetativo. Lo importante es eliminar las ramas más grandes e improductivas y mantener el follaje a menos de dos metros de altura, para facilitar la recolección (manual o mecanizada) antes del despertar primaveral.

Con la poda de otoño/invierno se realiza una especie de limpieza general de la planta. En primer lugar se eliminan los chupones de la base, luego las ramas secas y/o dañadas, las ramas dorsales que nacen de las principales y, en general, el exceso de vegetación que tiende a crecer hacia el interior de la planta, quitando ‘aire’ y ‘luz’ a las ramas productivas. Durante esta fase de poda también se inclinan las ramas de soporte y se atan a los alambres o se dividen mediante separadores especiales entre una rama y otra.

Con la poda en verde, a principios de primavera se intenta potenciar el crecimiento de los granados jóvenes. En plantas ya adultas, en cambio, se quiere mantener el follaje bajo control eliminando los nuevos chupones basales y las ramas dorsales vigorosas especialmente en el interior de la planta, pero también se intenta estimular la fructificación, acortando algunas ramas laterales, que son las productivas, pero sin exagerar, ya que las flores (tanto las fértiles como las estériles) y, por tanto, los frutos se desarrollan en su parte terminal.

Durante el verano, entre junio y julio, sería conveniente el aclarado otra intervención sobre el follaje y especialmente sobre los frutos y/o flores jóvenes (de color rojo) con su aclarado para obtener calibres medianos-grandes, pero procurando conservar las mejor protegidas de los rayos solares, para evitar posibles daños por quemaduras solares en las pieles de la futura granada.

Sin embargo, durante todas las fases de poda es fundamental recordar que el granado da frutos en ramas de dos años, para no realizar cortes incorrectos que pondrían en peligro la producción del año corriente y del siguiente.

 

Formas de cultivo del granado y métodos de poda.

El método de poda a realizar tiene variaciones según la edad de la planta y sobre todo el tipo de cultivo elegido. El granado es muy versátil y se adapta a varios sistemas de cultivo.

Por ejemplo, para una planta de uso personal y/o ornamental en el jardín puede estar bien la forma tradicional de cultivo llamada jarrón abierto o incluso arbusto, que no requiere soportes. La planta se recorta a unos 20 centímetros del suelo y posteriormente se dejan 3-4 ramas principales a una altura de 80-90 centímetros. Lo mismo se aplica al granado en macetas, que se puede podar en las ramas laterales si no interesa el fruto, sino sólo la belleza ornamental.

La forma de árbol también puede ser muy varia: el tallo se acorta a 50-60 centímetros del suelo para convertirse en un tronco bien desarrollado, capaz de sostener la planta al estar llena de frutos, y para favorecer el desarrollo de 3 o 4 ramas laterales.

Sin embargo, para una cría altamente productiva, especialmente con los nuevos cultivares comerciales, que son muy precoces y comienzan a producir frutos ya en el segundo año de edad, es necesario instalar soportes en el frutal, a los que se asientan las ramas jóvenes. atados para ayudarles a soportar el peso de los frutos. A los tradicionales alambres horizontales, sostenidos por pilotes, se les ha unido recientemente la variante transversal en forma de Y.

El granado en sistema Y transversal, al finalizar la poda de cría, tendrá de 6 a 12 ramas principales dispuestas como un paraguas invertido sobre el tronco, y su follaje es atado a los alambres horizontales, técnica que implica más trabajo, pero garantiza un buen sombreado de los frutos contra quemaduras y facilita la recolección.

 

El granado bonsái y el gigante

Entre las distintas variedades de granado no faltan las curiosidades. Por ejemplo, hay cultivares enanos (bonsái) o semienanos, que deben podarse sólo antes del crecimiento vegetativo, que generalmente también producen frutos en miniatura, mientras que hay cultivares que producen frutos que pesan bastante más de un kilogramo, como la italiana Grossa de Faenza ( 1,7 kg/fruta).

Poda del granado: las herramientas Campagnola.

En el catálogo Campagnola hay tres líneas de productos (Professional, Green y Smart), que se diferencian por el uso más o menos intensivo de las herramientas. Disponemos de tijeras, podadores de cadena y cortaramas manuales, de batería o neumáticos: todas estas herramientas son de gran fiabilidad y con hojas de alta calidad. También están disponibles en la amplia red de distribuidores locales accesorios y repuestos originales, que permiten alargar la vida útil de las herramientas.

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